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domingo, 1 de mayo de 2011

Sobre mañanas, cepillos y rutina

Cuando siempre me cuesta despertarme, cuanto tanto le tendría que costar al 87% de los argentinos. No puedo arriesgarme y  decirles todo el mundo porque hay casos testigo como los japoneses que no les cuesta nada despertarse, andan durmiendo en una especie de sarcófagos 2.0 abarrotados en la pared con filas y columnas de 6 habitáculos por 6, tanto que da un total de 36 lugares disponibles para que descansen igual cantidad de japonesisnis. Si calculamos que la plantilla laboral japonesa es de 105 millones de personas, que los turnos son de 8 hs rotativos y que las calles céntricas se registran constantemente colapsadas, se necesitarían 2.916.666,6666666667 de paredes, o la cantidad de 291.666,66666666667  campos de football americano para albergar tal magnitud de material humano. Lógicamente a nuestros compañeros orientales no les cuesta despertarse, salen como por un tubo hacia sus trabajos de buenas a primeras.
A los uruguayos, en cambio, muy hermanos míos, los pudiere meter en la misma que nosotros, pero no, orientales son y orientales serán hasta que decidan lo contrario. Mate y bicicleta en mano, arrancan el día cual sordo que asoma una matraca, sin comerla ni beberla. Los Uruguayos (los pongo en mayúscula, a pesar de su calidad de gentilicio, porque son Estado en calidad y cantidad de gente, desatinando tomar en cuenta al territorio de la Republica Oriental del. Y asumen carácter de Nación, al ser Uruguay) al mejor estilo Estado gitano, si anduvieran sueltos por el mundo sin superficie propia, lo harían como una Nación/Estado donde se come, se educa y se lee el diario andando en bicicleta.
Muy a pesar, todo argentino que se jacte de descansar, según mis pretenciosos cálculos, le tiene que, a posteriori, costar despertarse. Hay que comprometerse, hay que desear, actuar y lograr descansar al dormir, de manera tal que ingresemos a tamaña paz interior y descendamos tanto dentro nuestro que para volver de aquel estado, siendo lógicamente accesible, debamos calentar decenas de mecanismos internos. Situación que le demandaría a nuestro organismo poner la maquina a funcionar durante, por lo menos, 3 o 4 horas y ahí recién mirar con prosperidad al futuro inmediato.
Más allá de toda esta deferencia en la que logro ubicarme, quisiera hacerles saber que hoy, al igual que ayer, que ante ayer y tátara tátara ayer, mi despertar fue paulatino, (pobre Paulo, siempre atina, el por las dudas atina, nunca quiso ser un tibio) muy de a poquito, como se construyen los grandes proyectos. Como primera escala, tras desdeñar excusas y evaluar responsabilidades, considere apropiado bañarme. Desde hace ya un tiempo resolví que si me lavo los dientes mientras normalizo la barrita de higiene bajo la lluvia (un calefón algo strarrio hace que su temperatura se torne tan irregular, tan extremista, que en el verano se charlaba, pero que duro que será el invierno querido calefón, no te quiero ofender pero quien quisiera un ordenado termo tanque, que haga todo un poquito más homogéneo; en fin la sensibilidad anda chocha), cuando salga me iba a sentir más útil y jovial, dicho y hecho.
Pero ayer cuando agarro el cepillo de dientes para cumplir con uno de los paso del proceso, nada fuera de lo común, me mira, lo miro y no fuimos uno, yo de esas cosas me doy cuenta y no sentí lo mismo que siempre, estaba cambiado. Sé que lo del cepillo Philips eléctrico le pude haber molestado, pero tenía que entenderme, quien puede ante las mieles, me deje llevar como un adolecente. Eso ya está charlado, al pasado irremediable hay que dejarlo ir, al igual que el mar dejo ir a Willy y luego volver más coleante que nunca.
Ignoro qué fue lo que le paso, tal vez una pelea con algún compañerito cepillo. Hay muchos celos y competencia, que quien tiene el mejor grip, quien tiene el mejor cabezal, que el mío es con cerdas de nylon, aja mira que el mío esta hecho 100% con pelo de antílope natural, natural, del bueno, que yo soy extranjero, made in Bulgaria, vengo de afuera con otra cabeza. O algún cruce con la pasta de dientes, tan fiel, tan suya, la convivencia es fatal, erosiona hasta las mejores relaciones.
No tengo definido bien cual de todas ellas fue, pero por las dudas corte por lo sano y me los lave con el dedo, no vaya a ser cosa.






                    

1 comentario:

  1. Me jode la gente que duerme poco y toma despertarse a la mañana como un merito. Se la pasa hablando todo el dia "yo dormi 3 horas" y siguen con detalles, te muestran su reloj y dicen "me acoste 5.15 de la mañana y me levante 8.15... 3 horas!" como si vos tuvieras que darles una medalla.

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